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El término “radomo” proviene de la unión de las palabras radar y dome (cúpula). Se trata de una estructura que protege antenas, radares u otros sistemas de comunicación frente a factores ambientales como lluvia, viento, hielo o impactos, permitiendo al mismo tiempo que las señales electromagnéticas atraviesen su superficie sin distorsión.
Podemos encontrar radomos en el morro de los aviones comerciales y militares, en drones tácticos o estratégicos, y también en sistemas terrestres o navales.
Importancia del radomo en aeronáutica y defensa
En el ámbito aeronáutico y militar, los radomos son mucho más que una simple cubierta. Su correcto diseño y funcionamiento impacta directamente en:
- La precisión del radar: cualquier distorsión en la señal puede afectar la detección de objetivos o la navegación.
- El rendimiento de la aeronave o dron: un radomo mal diseñado puede generar resistencia aerodinámica innecesaria.
- La eficacia de sistemas de comunicación o inteligencia: los radomos protegen equipos sensibles que permiten la interoperabilidad en misiones complejas.
Además, en escenarios de defensa, el radomo debe resistir condiciones extremas sin comprometer la operatividad del sistema que protege. Por ello, los materiales y procesos utilizados en su fabricación son estratégicos.
¿Qué materiales se utilizan en los radomos?
Uno de los grandes desafíos en el diseño de un radomo es equilibrar resistencia mecánica con transparencia electromagnética. Esto requiere materiales avanzados que cumplan varias funciones al mismo tiempo.
Los materiales más comunes en la fabricación de radomos son:
- Fibra de vidrio: ampliamente utilizada por su excelente transparencia a ondas electromagnéticas, resistencia y coste razonable. Se emplea en forma de tejidos, preimpregnados o laminados.
- Resinas epoxi o fenólicas: que actúan como matriz para consolidar la estructura y definir propiedades térmicas y químicas del radomo.
- Estructuras tipo sándwich: combinando capas de fibra de vidrio con núcleos de espuma o panal (honeycomb), que proporcionan rigidez con bajo peso.
- Materiales híbridos: en algunas aplicaciones se emplean capas de tejidos combinados (vidrio y aramida, por ejemplo), para mejorar la absorción de impactos sin perder transparencia.
Propiedades clave de los radomos
Un buen radomo debe cumplir con exigencias muy específicas:
- Transparencia electromagnética: debe permitir que las señales atraviesen su superficie sin pérdidas o interferencias.
- Resistencia a impactos: especialmente en aeronaves a gran velocidad o entornos operativos exigentes.
- Estabilidad térmica: soportar cambios bruscos de temperatura sin deformación.
- Bajo peso: fundamental en aeronáutica y drones.
- Durabilidad frente a agentes químicos y meteorológicos.
Tecnología de materiales compuestos: una solución eficaz
En Iberia Compositech, como especialistas en materiales compuestos, conocemos bien las propiedades que requieren este tipo de piezas y las tecnologías que pueden aplicarse para su desarrollo, desde el moldeo de precisión hasta el curado en autoclave.
Ya sea en la investigación, desarrollo o colaboración industrial, los radomos son una aplicación donde el conocimiento en composites marca la diferencia.
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